20 setembro 2011

LIBIA: REGISTROS PENITENCIARIOS CORREN EL RIESGO DE PERDERSE

El barrio de Abu Salim ha sido alcanzado por los combates.

El barrio de Abu Salim ha sido alcanzado por los combates.

© Demotix/Ivan LaBianca


29 agosto 2011

Registros penitenciarios y otros documentos clave corren el riesgo de perderse en Libia ya que los lugares donde se encuentran siguen siendo inseguros y los documentos son destruidos o la gente se los lleva, ha advertido hoy Amnistía Internacional.

Las autoridades del Consejo Nacional de Transición deben proteger estos datos allí donde se encuentren o recopilarlos en un depósito central para ponerlos a buen recaudo. También deben hacer un llamamiento a las personas que se hayan llevado alguno de esos documentos para que los devuelvan lo antes posible a las autoridades.

“Los registros penitenciarios y otras pruebas materiales pueden ser decisivos para cualquier juicio que puedan celebrarse en el futuro por delitos cometidos durante el régimen del coronel Muamar al Gadafi”, ha afirmado Claudio Cordone, director de Amnistía Internacional.

“Además, podrían ayudar a arrojar luz sobre la suerte de muchos presos que han ‘desaparecido’ en las cárceles libias en los últimos decenios, entre ellos muchos miles que fueron apresados por fuerzas partidarias de Gadafi desde que comenzó el levantamiento.”

Cuando Amnistía Internacional visitó la prisión de Abu Salim el 28 de agosto, encontró documentos diseminados por el suelo del patio de la cárcel, así como en bolsas almacenadas dentro de al menos dos dependecias de la cárcel.

Entre los documentos que estaban en el suelo había expedientes de casos de presos recluidos por zandaqa (herejía), “delito” por el que fueron condenados muchos oponentes del coronel Gadafi; un documento por el que se ordenaba la expulsión de una mujer somalí que era seropositiva; y el expediente de un libio acusado de ataques terroristas en Irak.

Los investigadores de Amnistía Internacional vieron también cómo algunos visitantes rebuscaban entre los documentos en la prisión de Abu Salim. Algunas de estas personas se llevaron consigo expedientes “como recuerdo”, a modo de souvenir, a pesar de las objeciones de los familiares de un hombre que murió en Abu Salim en junio de 1996, cuando unas 1.200 personas perdieron la vida en la cárcel. No había ningún guardia y nadie parecía estar a cargo del lugar.

“Los próximos días van a ser decisivos para la conservación de las evidencias halladas en las cárceles, los campos militares e incluso las residencias privadas de ex dirigentes”, ha afirmado Claudio Cordone. “No deben escatimarse esfuerzos para garantizar esa conservación a fin de que pueda establecerse la verdad y de que los responsables de los abusos rindan cuentas.”

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