Discurso del Presidente José de Jesús
Orozco Henríquez ante la
Asamblea General de la
OEA en su 42 Período Ordinario de Sesiones
Cochabamba,
Bolivia, 5 de junio de 2012
Excelentísimas y Excelentísimos Canciller del Estado Plurinacional de
Bolivia,
Presidente de la Asamblea General,
Jefas y Jefes de Delegación de los Estados miembros,
Secretario General,
Secretario General Adjunto
Observadores y representantes de la sociedad civil,
Señoras y señores:
Presidente de la Asamblea General,
Jefas y Jefes de Delegación de los Estados miembros,
Secretario General,
Secretario General Adjunto
Observadores y representantes de la sociedad civil,
Señoras y señores:
Nos encontramos en un momento crucial para
el Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Lo que está en juego, que
nadie tenga duda, es el patrimonio que los Estados, la sociedad civil y los
propios órganos interamericanos hemos construido para que las actuales y
futuras generaciones de todo el hemisferio puedan gozar de sus derechos
humanos. Se trata de las garantías
regionales y los mecanismos eficaces para que ninguna persona en las Américas
se sienta desamparada en sus derechos más esenciales; para que los Estados –a
través de sus gobiernos de hoy y los del futuro-, se vean obligados a respetar
esos valores que, en ejercicio de su soberanía, un día acogieron y se
comprometieron internacionalmente a salvaguardar.
Es a partir del reconocimiento de nuestra
propia historia y de los desafíos presentes, aún en democracia, que debemos
reflexionar sobre cuáles medidas debemos adoptar para fortalecer la protección
de la dignidad y los derechos de las y los habitantes de las Américas y cuáles,
sin embargo, conducirían a su debilitamiento. No sobra recordar que la
experiencia del Sistema Interamericano es reconocida como una de las más
exitosas en el mundo y constituye, de manera subsidiaria y complementaria, la
última esperanza para millones de personas en la región ante eventuales
insuficiencias o ineficacias de los mecanismos internos de protección contra la
injusticia o la arbitrariedad.
En este contexto, reconocemos la seriedad,
energía y recursos destinados por los Estados Miembros a las labores del Grupo
Especial de Trabajo para Reflexionar sobre el funcionamiento de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos con el fin de fortalecer el Sistema Interamericano, cuyas
recomendaciones valoramos positivamente. Reconocemos también las contribuciones
que, desde la sociedad civil, han formulado directamente a la Comisión organizaciones,
víctimas, académicos, defensoras y defensores de derechos humanos con relación
a este proceso.
Durante su período de marzo de este año, la Comisión Interamericana
decidió emprender con apertura y responsabilidad una reflexión profunda,
plural, técnica y diligente sobre las referidas recomendaciones; una primera
oportunidad de seguimiento al diálogo fue abierta el pasado 30 de mayo en
nuestra sede con la celebración del Seminario Preparatorio para el
Fortalecimiento del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. La Comisión reitera en forma
inequívoca su compromiso de seguir impulsando estos foros, incluso en el ámbito
subregional, con el objeto de tener en cuenta las perspectivas de todos los
usuarios del sistema para la eventual reforma a su reglamento y prácticas
institucionales.
El sistema regional de derechos humanos de
hoy es el resultado de más de 50 años de construcción, evolución y
perfeccionamiento. Durante su historia, la Comisión ha respondido
periódicamente con cambios y ajustes a su Reglamento. Al efecto, lo ha hecho –y lo seguirá haciendo- en
consulta con las y los usuarios del sistema; los Estados, las y los
representantes de la sociedad civil y las víctimas de violaciones a los
derechos humanos.
Entre las actividades de la Comisión en el año 2011
se encuentran la celebración de tres períodos de sesiones; la recepción y
registro de más de 1600 peticiones nuevas y, en conexión con la labor de
consideración de peticiones, la aprobación de 67 informes sobre admisibilidad,
11 de inadmisibilidad, ocho de solución amistosa, 54 de archivo, 25 de fondo,
la publicación de cinco sobre el fondo, y el sometimiento de 24 casos al
conocimiento de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Asimismo, la
resolución de más de 400 solicitudes de medidas cautelares; la celebración de
91 audiencias públicas y 58 reuniones de trabajo; la realización de más de 30
visitas de trabajo y promoción lideradas por Comisionadas o Comisionados en su
calidad de Relatores de País o Relatores Temáticos, y la realización de
diversos seminarios y cursos de formación, además de una amplia gama de
actividades de promoción, incluyendo el monitoreo sobre la situación de los
derechos humanos en los 35 países que conforman nuestra Organización. Lo anterior refleja el gran número y la
diversidad de exigencias que enfrenta la Comisión y las distintas maneras como protege y
promueve los derechos humanos en el hemisferio.
Al respecto, cabe tener presente que la Comisión Interamericana ,
a diferencia de la Corte ,
tiene el mandato de supervisión de los derechos humanos sobre los 35 Estados
miembros, de acuerdo con la
Carta de la OEA
y la
Declaración Americana. Por lo que se refiere a 2011,
una parte significativa de los trabajos de la Comisión se relacionó con
países que no han ratificado la Convención. Por ejemplo, de los cinco informes de
fondo que publicó la Comisión ,
2 fueron de países que han ratificado la Convención y 3 de países que todavía no lo han
hecho. De estos 3 casos, uno es de Canadá y se relaciona con el debido proceso
en materia de inmigración; y dos son de Estados Unidos, uno relacionado con el
debido proceso y la pena de muerte, y el otro analiza los deberes del Estado
para prevenir y responder frente a la violencia domestica. Comparando todos los informes sobre el fondo
publicados en la última década, 44 casos son de países que han ratificado la Convención , y 25 de
países que todavía no lo han hecho.
Las medidas cautelares es uno de los temas
en los que se ha planteado que la
Comisión tiene, para llamarlo de alguna manera, un rol, se
dice "selectivo", en cuanto a los países respecto de los cuales se
han otorgado. Considero importante tener presente, por ejemplo, que en
el año 2011 los dos países con más medidas cautelares otorgadas por la Comisión fueron Honduras
con 12 y Estados Unidos con 11. Asimismo,
en respuesta a una referencia realizada el día de ayer, la Comisión Interamericana
fue la primer organización intergubernamental que solicitó medidas especiales
de protección a favor de los detenidos en Guantánamo; asimismo, solicitó una
visita a Guantánamo y ha solicitado reiteradamente su cierre inmediato.
El sistema de peticiones y casos es una
herramienta fundamental en la protección de los derechos humanos, el cual tiene
efectos significativos en el respeto y promoción de los mismos en la región. Como
se sabe, la mayor visibilidad del Sistema Interamericano en democracia ha
propiciado la proliferación del número de peticiones y casos, mas no
necesariamente porque se hayan incrementado las violaciones a los derechos
humanos. Al respecto, la Comisión desea enfatizar,
una vez más, que el incremento de peticiones y –como es ampliamente reconocido
por todos- la insuficiencia de recursos financieros y, consecuentemente,
humanos asignados por la OEA ,
a pesar de algunos esfuerzos realizados por los Estados, ha creado un severo
atraso procesal.
Con el fin de revertir el problema de
atraso e intentar cumplir con su mandato, la Comisión ha buscado y
aplicado fondos externos como parte de su Plan Estratégico, así como agilizado
sus procedimientos internos. Como resultado de este esfuerzo, ha
reducido a la mitad el tiempo de espera en la etapa de revisión inicial de una
petición, con respecto de lo que ocurría hace cinco años. Como se indica en el Plan Estratégico, con
recursos adecuados sería factible tener un sistema de peticiones y casos que
funcionara oportunamente.
Sin perjuicio de los avances reseñados a
lo largo del Informe, la
Comisión subrayó los desafíos que persisten, aún en
democracia, para el goce pleno de los derechos humanos de quienes están bajo la
jurisdicción de los Estados americanos. Observó, por ejemplo, la continuidad de
graves obstáculos que enfrentan las mujeres en el ejercicio de su derecho a
vivir libres de violencia y discriminación, señalando la situación
particularmente difícil de mujeres afro-descendientes e indígenas, víctimas de
triple discriminación histórica por género, pobreza y raza, habiéndose
publicado en 2011 cinco informes sobre diversos temas relacionados con igualdad
de género, acceso a la justicia y a la información en materia de derechos
reproductivos, entre otros.
Durante el año 2011, el cual fue declarado
por la Organización
de las Naciones Unidas como el “Año Internacional de los Afrodescendientes”,
estas personas continuaron sufriendo exclusión y discriminación: de manera
sistemática habitan en las zonas más pobres y con menor infraestructura y se
encuentran más expuestas al crimen y la violencia, habiéndose publicado el
informe sobre La situación de las personas Afro-descendientes en las Américas.
Uno de los temas impulsados por la Comisión y que mayor
trascendencia ha tenido en la región es la protección del derecho a la
propiedad de los pueblos indígenas sobre sus territorios ancestrales: el goce
efectivo de este derecho implica no sólo la protección de una unidad económica
sino de los derechos humanos de una colectividad que basa su desarrollo
económico, social y cultural en su relación con la tierra.
En 2011, la CIDH también constató la
grave situación de niños, niñas y adolescentes en conflicto con la ley, y
manifestó su preocupación por la aplicación de leyes antiterroristas a ellos,
publicando un informe sobre justicia juvenil.
En atención a otra población con grandes
necesidades, la CIDH
destacó la fundamental importancia de adoptar políticas públicas a mediano y
largo plazo y de medidas inmediatas para hacer frente a situaciones que afectan
gravemente los derechos fundamentales de la población reclusa y aprobó un
informe con recomendaciones destinadas a impulsar medidas constructivas.
Además, al final del 2011, la Comisión aprobó su primer
informe que recoge los estándares del sistema en relación con la aplicación de
la pena de muerte.
En materia de libertad de expresión entre
los principales desafíos que enfrentan los Estados de la región durante 2011 se
halla el de los asesinatos, agresiones y amenazas contra los periodistas, la
aplicación de sanciones penales a quienes hacen declaraciones que ofenden a
funcionarios públicos.
Por otra parte, en los últimos años la Comisión ha comprobado la
grave discriminación de hecho y de derecho que enfrentan las lesbianas, los
gays y las personas trans, bisexuales e intersex; la CIDH ha recibido información
sobre asesinatos, violaciones y amenazas, así como un estado de profunda
discriminación y exclusión social. Para abordar con mayor profundidad los
desafíos sobre el particular, la
Comisión estableció una Unidad sobre los derechos de dichas
personas.
En todo este contexto, las defensoras y
los defensores de derechos humanos tienen en común ser víctimas de asesinatos y
agresiones, y muchas de ellas sufren señalamientos por parte de autoridades que
desprestigian y estigmatizan su labor, enfrentan acciones penales sin
fundamento, ven sus fuentes de financiamiento restringidas, y no cuentan con
mecanismos adecuados y efectivos para su protección. Con el objeto de
puntualizar los estándares interamericanos para su protección, la Comisión publicó su
Segundo Informe sobre la
Situación de las defensoras y los Defensores de Derechos
Humanos en las Américas.
Señoras; Señores;
Al rendir cuentas por nuestra labor del
año 2011, expreso mi reconocimiento a la meritoria labor desempeñada por las
Comisionadas y los Comisionados que en diciembre culminaron su mandato, así
como a la
Comisionada Dinah Shelton quien presidió nuestros trabajos en
ese periodo. Igualmente, agradezco el profesionalismo y la dedicación a
la promoción y la protección de los derechos humanos del personal de la Secretaría Ejecutiva
y mis colegas actuales, a quienes aprecio también su confianza al designarme su
Presidente. De manera especial,
deseo reconocer el profesionalismo y la infatigable y eficiente labor de
nuestro Secretario Ejecutivo, Santiago Cantón, quien culmina este mes su
encargo tras 12 años al servicio de la Comisión.
En el marco del proceso de reflexión para
el fortalecimiento del Sistema Interamericano en que todos estamos empeñados, la Comisión confía en que el
compromiso de todos y cada uno de los Estados se vea reflejado en la
universalización o ratificación de todos los instrumentos interamericanos de
derechos humanos, así como en la asignación de mayores recursos para el
funcionamiento de sus órganos y en el cumplimiento de sus recomendaciones y
decisiones para el eficaz respeto y defensa de la dignidad y los derechos
humanos de toda persona en las Américas.
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